Durante estos dos días en los que estuvimos trabajando en el diseño y la
implementación de nuestro jugador estratégico nos dimos cuenta de que es una
tarea compleja y retadora. En primer lugar, una dificultad que nos retrasó
mucho fue el hecho de tener que programar sobre un código ya hecho porque
teníamos que comprender la lógica en la que estaba basado y los métodos que
utilizaba, para poder manipularlos y complementarlos, lo que a algunas veces
resultaba un poco confuso.
Diseñar una estrategia completamente útil o fiable, lo suficientemente “inteligente”
para poder ganar un juego requiere de un análisis del comportamiento de un
posible contrincante para tratar de establecer patrones y a partir de esto
formular la estrategia. Sin embargo, sabemos que todo esto depende para empezar,
del ambiente en el que se esté jugando, ya que cambian las condiciones
dependiendo del tamaño del tablero, y las estrategias que se usan para un
tablero de diez por diez pueden no ser útiles para uno de cuatro por cuatro.
Además, a pesar de que se traten de cubrir todos los movimientos
posibles, nunca se va a poder predecir al cien por ciento cómo es que se va a llevar
a cabo el juego, ni qué estrategias pudiera tener el contrincante.
Lo que más nos gustó de este proyecto es que a pesar de las dificultades
que ya mencionamos, nos sirvió para mejorar nuestras habilidades de
programación en Python y que además fuera orientado a juegos de estrategia.
También nos gustó el trabajo en equipo ya que la forma de pensar de cada quien
complementaba todas las ideas y nos permitía ver hacia los diferentes caminos
posibles.
Para el torneo de mañana esperamos quedar en un buen lugar, sabemos que
no va a ser fácil ya que todos los equipos tienen estrategias muy buenas y como
en toda competencia, se puede ganar o perder.
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